Originally published in The Clarinet 51/4 (September 2024).
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Master Class
DAN WELCHER’S DANTE DANCES
por Carlos J. Casadó
Read the English Version of this article here: Master Class: Dan Welcher’s Dante Dances (English)
Dante Dances, compuesta hace casi treinta años por Dan Welcher y dedicada al clarinetista Bradley Wong, es didácticamente un material de trabajo muy estimulante tanto para el alumnado como para el profesorado. Y por supuesto para cualquier profesional que quiera incluirlo en alguno de sus recitales. La pieza fue escrita originalmente para clarinete y piano, publicada por Elkan Vogel (Theodore Presser), sin embargo, hay una versión posterior del mismo sello editorial (en alquiler) para orquesta. Como el propio compositor dice, la parte de clarinete es la misma y la orquesta amplifica la parte de piano. Es decir, la orquesta sostiene aquellas sonoridades que el piano no puede y permite definir mejor algunos pasajes de contrapunto. Algunas figuraciones del piano han sido alteradas para obtener una textura más adecuada junto a las cuerdas. La instrumentación es flauta, oboe, fagot, trompa, piano y quinteto de cuerda.
En mi opinión hay dos rasgos generales que hacen que Dante Dances sea muy atractivo. Primero, su relación con la literatura, concretamente con la traducción de Robert Pinsky sobre El Infierno, uno de los tres libros, junto a Purgatorio y Paraíso, que conforman La Divina Comedia de Dante Alighieri. Esta vinculación literaria, permite a pianistas y clarinetistas disponer de evidentes elementos dramáticos para conformar una historia que contar. Y, en segundo lugar, la suite de danzas que lo articulan, que posibilita una interpretación fresca y activa, propia de un ballet.
Against this background, it is essential to read the program notes that the composer writes on the score, published by Elkan-Vogel in 2000. These notes, of great interest, immediately orient the musicians to the challenge they have in front of them. It is interesting to note the author’s commentary on the same series of 12 tones that make up each dance. For both instruments, getting acquainted to this harmonious context will not be easy.
Partiendo de este marco, es imprescindible leer las notas al programa que el compositor escribe en la partitura, de sumo interés, y que inmediatamente ubican a los músicos ante lo que tienen delante. Interesante especialmente el comentario del autor sobre la misma serie de doce tonos que conforma cada danza. Para ambos instrumentos, familiarizarse en ese contexto armónico, no será fácil.
Figura 1: Dante Dances por Dan Welcher (© 1995 Theodore Presser), c. 1
Brevemente, la obra es una especie de introducción, tema y variaciones organizadas en una serie de danzas, cada una dedicada a alguno de los personajes que aparecen en el viaje que Dante, acompañado por el poeta Virgilio, realiza al inframundo. Y un viaje al Infierno no es cualquier cosa. Hay que estar preparado. Más aún si, nada más abrir la partitura, en la Introduction: The Gates of the Hell, leemos: “Abandonad toda esperanza quienes entráis en él”. Alea jacta est. En esta sección me parece significativa la primera indicación al clarinetista, freely, expansive (Fig. 1),invitándole a tocar con valentía y decisión (marcar bien los acentos), expresando: aquí estoy, no tengo miedo, allá voy…pero la segunda indicación, less hurried (Fig. 2), parece advertir al clarinetista de que tenga cuidado. El clarinetista no ve tan fácil el viaje al Infierno, empieza a sentir miedo y en cierto modo actúa con más precaución.
Figura 2: Dante Dances, c. 2
Debemos pues, mostrar un carácter más dubitativo, precavido, y a partir de ahí, aprovechar el color del registro chalumeau, buscando un sonido misterioso. Debemos soplar relajadamente, buscando la resonancia y la profundidad del timbre. Es importante conectar muy bien las intervenciones del clarinete con las del piano (Fig.3), para evitar que la música deje de fluir, in tempo -no obstante, a modo de recitativo (atención a las comas del c. 5 en el piano y c. 8 del clarinete)-, hasta el momento de tomar la barca de Caronte, quien, representado en el Tango, nos conduce hacia el Infierno.
Figura 3: Dante Dances, c. 3-9
El ritmo que observamos en compases de 4/4+9/8 semeja el movimiento del remo, con unos impulsos más regulares que otros, a modo de imagen del trabajo que, con desgana, realiza el barquero gruñón y desagradable que lleva las almas al Averno.
Cuidado con tocar demasiado rápido o demasiado lento las partes ternarias, escuchando bien el ritmo del piano (Fig. 4). La indicación de sinuous (c. 22) es clave para entender la sonoridad que debemos emplear, en este caso, muy flexible, con un buen legato, ¡estamos sobre el agua! Los compases finales del piano solo (c. 60-61) anticipan el ritmo de la siguiente danza, pero las armonías de las blancas (c. 62-63), ya escuchadas en c.10-11 (pure, clear) advierten de algo (Fig. 5). Suspense. Cuidado, Cerbero, el perro que custodia la puerta del Infierno, evitando que los muertos salgan y los vivos entren, está ahí.
Figura 4: Dante Dances, c. 39
Figura 5: Dante Dances, c. 62-63
Se le describe como indomable, despiadado e insomne. Representado con un Charleston, es importante destacar los acentos, a modo de ladridos o ataques del perro; observar las indicaciones de gaining momentum y rushing, que nos pueden ilustrar las carreras del perro persiguiendo a las almas que huyen y los glissandi como gritos de pavor de éstas. La parte del c. 91 y 110 podemos tocarlas con más calma y realmente piano cuando lo indique. Para mí son momentos en los que no queremos despertar a la fiera de Cerbero. El c.135 requiere decisión, es la última oportunidad de escapar de Cerbero. El acelerando y el forte deben ser desesperados, no obstante, el clarinetista debe tener cuidado en mantener firme su embocadura, para producir un sonido compacto, sin fisuras (Fig. 6). El peligro no cesa, pues el compositor nos condena al tormento de las Furias, que persiguen a los que hacen el mal, hasta volverlos locos.
Figura 6: Dante Dances, c. 135-140
La Polka dedicada a ellas es frenética, ¡furioso!, breathless, indica el compositor. Por un momento, da una tregua al clarinetista (c. 148) quien, mientras el pianista repite el acompañamiento ad lib., puede hacer acopio de energía para el desenfreno que viene, incluso realizar algunos gestos teatrales que den a entender lo que le espera. Es importante enfatizar los acentos, para mí son golpes, cuchilladas, quemaduras o cualquier otro tipo de tortura que imagines, toca los glissandi como chillidos de locura y los trinos, eléctricos. Especialmente difíciles técnicamente son los c. 178-179, donde el clarinetista debe producir los sonidos acentuados con seguridad. Relaja un poco la mandíbula y pon mucho aire en la nota grave.
La sección de c. 204, singing en el clarinete, pero grottesco en el piano (Fig. 7), es importante entenderla en el sentido de estrafalario, estrambótico. En mi opinión debemos lograr que por un lado el clarinete entone un canto caricaturesco y el piano se burle de él. Exagera los crescendi y diminuendi y sé muy exacto rítmicamente en las notas destacadas con un guion. La Polka pierde energía en su parte final. Realmente debemos aprovechar este momento, la música nos da un respiro y la Gymnopèdie nos ofrece un momento de cierta calma.
En el c. 241 se insinúa por parte del piano primero y luego el clarinete (c. 242) el motivo del tema de Paolo y Francesca, amantes a merced de su pasión y que en el inframundo son arrastrados, también a merced, de una tromba infernal. Es importante conocer esto, porque la partitura refleja muy bien la primera de las emociones. Por un lado, el ritmo de la Gymnopèdie (c. 243 en el piano) y las indicaciones en el clarinete en el c. 252, sweetly y sadly, sugieren dejarse llevar dulcemente por los efluvios del amor, pero a languidecer, tristemente, por las consecuencias de ello. Así pues, hay que estar atentos a la figuración del piano y a ese balanceo que embriaga. Debemos contener la emoción, buscar un sonido dolce (tocar por encima de las notas) pero con algún arrebato de pasión (c. 269-272 rich, sensuous). Ambos instrumentos deben encontrar diferentes colores en el sonido en los c. 278 a 295, especialmente en las notas largas del clarinete, en los c. 278-280 y c. 292-294 (Fig. 8). Trata de cambiar la velocidad del aire para encontrar colores y matices sutiles, en definitiva, para ser expresivo con tu sonido y crear algo realmente bonito.
Figura 7: Dante Dances, c. 203-226
Figura 8: Dante Dances, c. 292-294
Dante tiene un gran respeto al gran viajero de la Antigüedad, Ulysses, pues este ha realizado múltiples periplos mientras que él apenas está comenzando su viaje de ultratumba. Ulysses cuenta que su «ardor interno por conocer el mundo, el vicio y la virtud de los humanos» le impulsó a explorar el mundo con un simple barco y unos pocos fieles que nunca le dejaban. Pero Ulysses es castigado por su orgullo y condenado en el Infierno por su afán desmedido de conocimiento y aventura.
Este carácter narrativo, de algo que está en movimiento, es representado por la Schottische. Una vez más, las indicaciones del autor en c. 311 (perky, very crisp) son muy inspiradoras. Lo más importante en la parte de clarinete son los diferentes tipos de articulación escritos, debiendo ser muy precisos con cada uno de ellos. Por otro lado, escuchar bien la parte del piano, particularmente cuando realizamos los trémolos, pues nos ayudará a mantener el tempo, impulsado de nuevo en los c. 365-366 por las corcheas del piano y los acentos del clarinete en los trinos (Fig. 9), para alcanzar el Prestissimo! Tarantella, dedicada a Gianni Schicchi.
Figura 9: Dante Dances, c. 365-366
Figura 11: Digitaciones recomendadas para el final de Dante Dances: si bemol en c. 490; fa sostenido, fa becuadro y re bemol en c. 498
Dante hace en su Comedia una breve referencia a Gianni Schicchi, famoso por su capacidad de suplantación de personas, por lo cual está en el Infierno. Puccini, escribió una trilogía operística inspirada en algunos episodios de la Divina Comedia, con Il Tabarro, Suor Angelica y Gianni Schicchi, que corresponderían respectivamente al Infierno, el Purgatorio y Paraíso de la Comedia. Sin embargo, la referencia a Schicchi en Welcher es diabólica, no cómica como en Puccini. De tempo rápido, toda la Tarantella requiere de ambos instrumentistas agilidad técnica y una articulación ligera, especialmente en c. 443 (whispering).
Es importante sostener el tempo incluso en los compases de silencio 441-442 y en el c.461 expresamente, pues es sorprendente cómo el compositor articula el ritmo de la danza junto al lirismo de la melodía de Paolo y Francesca (Fig.10). Singing clearly, rich, full…y dancing: brillante momento. En c.490 el clarinetista puede emplear una posición para obtener el sib desde el reb: simplemente añadiendo a éste los dedos de la mano derecha anular y meñique. Y en el c.498 puede probar a realizar fa# agudo como armónico de sib5, fa natural añadiendo el anular de la mano izquierda y el reb con el índice de la mano izquierda y la llave 7. Mantener ambos instrumentos el fortissimo hasta el fin de la escala y luego el piano hasta el c.9. Terminar ambos con un subito ff. Fin del viaje.
Figura 10: Dante Dances, c. 461-478
Carlos J. Casadó es clarinete segundo y requinto de la Orquesta Nacional de España. Está en excedencia del Cuerpo de Catedráticos de Música y Artes Escénicas y ha cursado estudios de Sociología y Psicología de la Música. Ha realizado una grabación de Dante Dances junto al pianista Francisco Damián Hernández, que aparece registrada, junto a otros trabajos, en el CD Música entre historias.